Nuestras ciudades y sus centros históricos necesitan revertir el deterioro; revitalizarlos se torna una obligación. Diversas experiencias demuestran la conveniencia de hacerlo, disminuyendo las distancias y desplazamientos para vivir, trabajar, cuidar, abastecernos, culturizarnos y recrearnos, permitiendo que los espacios públicos, respondan a las complejas demandas.
Tras años de abandono, donde sectores emblemáticos resultaron con su patrimonio y mobiliario urbano vandalizado, las autoridades y la comunidad debemos pensar cómo recobrar lo perdido, proyectando renovados estándares sustentables.
Un ejemplo es el proyecto Nueva Alameda, que tendrá entre sus intervenciones la renovación de Plaza Italia, con la ciclovía más larga del país.
A esta acción pública y la recuperación de fachadas, se suma la reactivación del GAM, la notable nueva sala de conciertos de la U. de Chile, complementadas con el extraordinario parque anunciado sobre la Autopista Norte-Sur, como parte de la futura renovación de su concesión y que resolverá una brecha urbana de décadas.
La ciudad se adapta, requiere acuerdos duraderos, colaboración y reencuentro.
Alberto TexidoAcadémico FAU U. Chile Consejero CPI
